lunes, 16 de diciembre de 2024

DESCENSO INTERNACIONAL DEL SELLA

El Descenso Internacional del Sella es una competición deportiva internacional (de piragüismo) oficial y, sobre todo, una de las mayores tradiciones festivas de Asturias (declarada oficialmente “de interés turístico”). Popularmente, se la denomina “La fiesta de Las Piraguas (Les Piragües en asturiano).
La prueba tiene su salida en el puente sobre el río Sella de la localidad de Arriondas y, después de recorrer en piragua los diecinueve o veinte kilómetros finales de dicho río, finaliza en el puente del Sella correspondiente al concejo costero de Ribadesella, Su organización corre a cargo de la Federación Española de Piragüismo y, mediante delegación, por el Comité Organizador del Descenso Internacional delSella y la Federación de Piragüismo del Principado de Asturias. Está declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional desde 1980. Su celebración tiene lugar el sábado siguiente al dos de Agosto de cada año. Cientos de miles de personas de todos los lugares acuden a presenciar este espectáculo festivo. Hay gente que sigue el transcurrir de la prueba en trenes (denominados fluviales) o en caravanas de autobuses y coches por la carretera que bordea el río. Finalizada la competición, se celebra una multitudinaria romería en el cercano lugar de Llovio, en la que se suele participar con trajes regionales y los típicos collares de papel. En el evento impera la idea de “Haga cada cual lo que más le guste. No molestar a los demás y no se moleste nadie por lo que los demás hagan. Ver disfrutar a los demás con más fuerza aún que nuestro propio disfrute".

Este importante acontecimiento de nuestros días, tiene su origen en Setiembre de 1930 cuando quince excursionistas de Infiesto organizaron (sin carácter oficial) su particular festejo: tres de ellos paleando en una K-1 con flotadores a ambos lados, tripulada por Manés Fernández y una K-2 plegable, de lona, dirigida por Dionisio de la Huerta (persona vital en la organización del descenso) y Alfonso Argüelles, haciendo el recorrido desde Infiesto, por el río Piloña a Soto de Dueñas, SOTU (Moro). El resto por carretera, como acompañantes, empleando conjuntamente siete horas. Posteriormente se incorporaron a la excursión palistas de Gijón y Ribadesella con la intención de convertir el tercer descenso de paseo en competición deportiva. En 1945 nace el tren fluvial, con bar, banda de música, altavoces, gaitas y cohetes. Y es en 1951 cuando los países extranjeros acuden por vez primera, convirtiéndose, así, en Internacional. Hoy constituye, por el número de países participantes, una de las pruebas más importantes del continente, y por la cohesión entre la contienda deportiva y los singulares festejos que la rodean, la fiesta señera de la provincia y una de las más concurridas de la Península. Los palistas participantes recorren las calles de la villa formando un cortejo en honor del dios Neptuno, quien a partir de la XXXV edición del descenso impone la Gran Condecoración de la Orden Neptuniana a todo el que quiera recibirla.

Una
vez alineados los piragüistas en ambas márgenes del río, se da la salida en verso:

Guarde el público silencio,
guarde el público silencio
y escuche nuestra palabra
de orden de Don Pelayo
después de medir las aguas…
Se autoriza nuevamente en Arriondas
la carrera de piraguas…

Los versos simples y festivos van acompañados de un Asturias patria querida general. Es el comienzo de la doble carrera de piragüistas y seguidores, como años atrás hicieran los excursionistas de Infiesto.

En los monolitos, alzados en el puente de Ribadesella, meta de la carrera, quedan grabados los nombres de los triunfadores. Después se celebra gran romería en Llovio y continúa la fiesta por las calles y plazas de la villa.

Paralelos a la prueba de las piraguas han nacido diversos concursos y juegos populares, de los que el más original sería posiblemente el proyectado concurso curso internacional de hurras piragüísticos, arbitrado por cincuenta sirenas-jurados.

Alma de la fiesta de las piraguas sigue siendo el citado Dionisio de la Huerta, quien ya en los años treinta formaba parte de los excursionistas fluviales.

Fuentes: Gran Enciclopedia Asturiana, OBESia y Wikipedia.


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